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El árbol del vampiro

El árbol del vampiro

México nos ha dejado claro que tiene cientos de leyendas urbanas e historias impactantes.

Tal y como sucede en Guadalajara, una región en la que persiste una leyenda interesante y escalofriante que tiene un particular protagonista: un árbol centenario localizado en un famoso panteón.

¿Qué habrá detrás de un simple ser de la naturaleza? Para dar con esa respuesta, tenemos que irnos dos siglos atrás, en una Guadalajara colonial aterrorizada por muchos acontecimientos paranormales.

En el Panteón de Belén existe un árbol que tiene un par de cientos de años, se trata de un espécimen misterioso y escalofriante de 15 metros de altura. Pero no es famoso solo por su aspecto intimidante. Guarda una historia que se ha quedado en la memoria del pueblo desde hace mucho tiempo.

A este árbol en particular se le conoce como el árbol del vampiro, y su nombre no es para nada en vano. El evento sucedió específicamente en 1880 en esta región mexicana, cuando los habitantes comenzaron a temer por sus vidas, puesto que de un día para otro comenzaron a aparecer cadáveres de animales por todo el municipio.

Podría haberse tratado de una peste o de una enfermedad que solo atacaba a estos seres, pero había un detalle particular en los cuerpos que llamaba la atención a todos y que les hacía pensar lo peor. Estaban totalmente desprovistos de sangre y tenían dos pequeñas heridas en el cuello.

La situación comenzó a tornarse mucho más oscura cuando comenzaron a encontrarse cuerpos humanos en las mismas condiciones. El terror se hacía más tangible en las calles, las personas andaban con cuidado y evitaban sobretodo el salir de noche. Todos temían por sus vidas, pero tenían idea de quien podría ser el responsable de todos estos males tan extraños.

Había un hombre en particular, un europeo específicamente, que había llegado a la región no mucho tiempo atrás. Los habitantes estaban acostumbrados y encantados de recibir extranjeros, pero había algo extraño en este señor.

Se trataba de un hombre de apariencia extraña y aura misteriosa, no se sabía mucho de él más que era conocido como Don Jorge y que tenía mucho dinero. Había comprado una gran hacienda en la ciudad, y pese a que tenía todo para involucrarse con la alta sociedad, evitaba salir en el día, no iba a los bailes y ni a las fiestas del pueblo.

Sin embargo, Don Jorge, quien siempre vestía de negro, llego a ser tolerado en la localidad, hasta que comenzaron aparecer los cadáveres de animales y de seres humanos sin una gota de sangre en sus cuerpos. Claramente, sabían a quién atribuirle estos atroces crímenes.

Así fue como las autoridades y los vecinos de Guadalajara decidieron tomar cartas en el asunto. Organizaron vigilias y cacerías para capturar a este misterioso ser que se hacía pasar como un humano. Pero tardaron mucho tiempo sin éxito en encontrarlo in fraganti, mientras que el terror seguía apoderándose de toda la localidad.

Fue a finales del año que uno de los grupos voluntarios que se habían dado las labores de caza dio con el hombre. La leyenda dice que, al escuchar unos gritos provenientes del Panteón de Belén, los voluntarios se alertaron y encontraron a Don Jorge atacando a un hombre en el cuello. En ese momento parecía menos humano más que nunca, con una apariencia espectral y con dos enormes colmillos brotando de su boca.

Las personas lograron capturarlo. Parte de la leyenda dice que el cura de la región intentó realizarle un exorcismo sin éxito alguno. Mientras que otros aseguran que fue una anciana de la población quien propuso el clavarle una estaca de madera del árbol conocido como Camichin en el corazón. Sin embargo, ambas versiones señalan que el vampiro juró vengarse de todos los pobladores.

En otras palabras, para estas personas el horror aun no terminaba, temían que esta horrible criatura volviese a resucitar y cumplir su vengativa palabra. Por eso decidieron enterrarlo en el Panteón de Belén, colocando una losa de piedra enorme y pesada para evitar que resurgiera de entre los muertos. Y poco tiempo, dicha loza se rompió, dejando salir una pequeña rama viva.

El miedo había crecido tras el quiebre de la loza, pero aumentó mucho más cuando se dieron cuenta de que no estaba creciendo de ella cualquier rama, sino una de Camichin. Nadie se atrevió a cortarla ni a arrancarla, por lo que poco a poco comenzó a envolver la tumba, echando sus extensas raíces y un enorme tronco.

Así dejaron crecer el árbol para evitar que un algo peor sucediera si lo llegasen a cortar. Hoy en día, el árbol continuo en pie y se encuentra entre rejas para evitar que cualquier inocente o persona con malas intenciones se adentre en este inquietante lugar.

La leyenda sigue viva en boca de los pobladores, y todo aquel que resida cerca la conoce. Pero también conocen y mantienen una especie de profecía, que muchos temen que algún día pueda cumplirse. Porque se dice que cuando el árbol caiga, el vampiro será libre para aterrorizar y vengarse de todos los habitantes de Guadalajara, como en algún momento juró.

Si eres un poco más escéptico, algo que todos pueden asegurar es que este árbol crece con cada año, rompiendo un poco más la piedra de donde surgió. Por lo que cada vez parece más posible que esta tumba quede desprovista de la protección que los atemorizados habitantes de antaño se empeñaron en colocar.

¿Qué crees que sucederá si el árbol cae o la loza termina por romperse? ¿Reapareceran esos misteriosos asesinatos? No olvides en dejar en los comentarios tu respuesta.

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